Los hombres también sufren los efectos de la inflación.
Los hombres siempre han sentido una extraña atracción hacia los coches potentes, bonitos, que les hacen parecer importantes y que logran que la gente se vuelva a mirar cuando hacen rugir su motor. Ahora, la nueva medida de nuestro gobierno, pretende arrebatarles esa sensación de poder, esa capacidad de pisar el acelerador y sentir la velocidad mientras deslizan sus dedos por el volante de su cochazo.
La nueva medida controvertida del gobierno de España, que consiste en la reducción de la velocidad máxima en las carreteras a 110km/h, nos ha arrebatado a todos un poquito más de la poca libertad que nos queda, y ha dejado a los hombres de nuestra sociedad sin la posibilidad de alimentar su ego presumiendo de cuanta velocidad puede alcanzar su maravilloso coche.
A falta de poder seducir con su vehículo, muchos hombres han optado por intentarlo con otro aparato. En España, se realizan, actualmente, 2.00o operaciones de cirugía del pene al año por andrólogos especializados. Una cifra que puede triplicarse si se tienen en cuenta las operaciones realizadas en clínicas de cirugía estética. Estas operaciones consisten en dotar a sus miembros viriles de una mayor longitud o grosor. De esta forma, abandonando la velocidad con sus coches, y remodelando sus penes, podemos intuir que los hombres de hoy han cambiado el método de demostrar su hombría. Han dejado de correr para correr-se.
El aumento del tamaño de sus miembros podrá ser financiado con el dinero que se ahorrarán en gasolina, porque, si por alguna razón se ha adoptado esta medida de reducción de la velocidad ésta es el ahorro. Pues bien, la aprobación de esta medida dota a nuestros hombres de un dinero extra para invertir en las operaciones. Así, en esta ocasión, el acto de solidaridad de nuestro gobierno será dejarnos una sociedad masculina mucho mejor dotada.
Los hombres más atrevidos realizan su remodelación sin acudir a ningún tipo de clínica y optan por incrustarse en su miembro viril unos hierros que les ayudarán a alargarlos. Esta opción alternativa, un producto que se anuncia en la tele tienda y se denomina Jes Extender, no necesita cirugía y hará crecer el pene, de quien se atreva a colocárselo, unos cuantos centímetros.
Este aparato, según dice el propio anuncio televisivo, no se nota, en absoluto, bajo pantalones holgados. ¿Pantalones holgados? Quizá bajo túnicas o pantalones cuatro tallas más grandes de la que necesita el hombre que se aplica semejante producto, ¿Cómo sino va a ocultar este andamio que elevará su hombría?
Así, tal como ellas padecen la deflación e inflan sus pechos, los hombres de hoy, han caído ya en la tentación de la cirugía, buscando, de la misma manera que ellas, inflarse cual rueda de coche frente al aire de las gasolineras.
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