Toda acción política del presidente Zapatero, tiene su reacción proporcional, o quizá desproporcionada en el aumento de la cirujía estética.

viernes, 20 de mayo de 2011

“Mientras el gobierno reduce la velocidad, aumentan los que la aumentan”


Los hombres también sufren los efectos de la inflación.

            Los hombres siempre han sentido una extraña atracción hacia los coches potentes, bonitos, que les hacen parecer importantes y que logran que la gente se vuelva a mirar cuando hacen rugir su motor. Ahora, la nueva medida de nuestro gobierno, pretende arrebatarles esa sensación de poder, esa capacidad de pisar el acelerador y sentir la velocidad mientras deslizan sus dedos por el volante de su cochazo.
            La nueva medida controvertida del gobierno de España, que consiste en la reducción de la velocidad máxima en las carreteras a 110km/h, nos ha arrebatado a todos un poquito más de la poca libertad que nos queda, y ha dejado a los hombres de nuestra sociedad sin la posibilidad de alimentar su ego presumiendo de cuanta velocidad puede alcanzar su maravilloso coche.
            A falta de poder seducir con su vehículo, muchos hombres han optado por intentarlo con otro aparato. En España, se realizan, actualmente, 2.00o operaciones de cirugía del pene al año por andrólogos especializados. Una cifra que puede triplicarse si se tienen en cuenta las operaciones realizadas en clínicas de cirugía estética. Estas operaciones consisten en dotar a sus miembros viriles de una mayor longitud o grosor. De esta forma, abandonando la velocidad con sus coches, y remodelando sus penes, podemos intuir que los hombres de hoy han cambiado el método de demostrar su hombría. Han dejado de correr para correr-se.
            El aumento del tamaño de sus miembros podrá ser financiado con el dinero que se ahorrarán en gasolina, porque, si por alguna razón se ha adoptado esta medida de reducción de la velocidad ésta es el ahorro. Pues bien, la aprobación de esta medida dota a nuestros hombres de un dinero extra para invertir en las operaciones. Así, en esta ocasión, el acto de solidaridad de nuestro gobierno será dejarnos una sociedad masculina mucho mejor dotada.
           
           Los hombres más atrevidos realizan su remodelación sin acudir a ningún tipo de clínica y optan por incrustarse en su miembro viril unos hierros que les ayudarán a alargarlos. Esta opción alternativa, un producto que se anuncia en la tele tienda y se denomina Jes Extender, no necesita cirugía y hará crecer el pene, de quien se atreva a colocárselo, unos cuantos centímetros.       
            Este aparato, según dice el propio anuncio televisivo, no se nota, en absoluto, bajo pantalones holgados. ¿Pantalones holgados? Quizá bajo túnicas o pantalones cuatro tallas más grandes de la que necesita el hombre que se aplica semejante producto, ¿Cómo sino va a ocultar este andamio que elevará su hombría?

           Así, tal como ellas padecen la deflación e inflan sus pechos, los hombres de hoy, han caído ya en la tentación de la cirugía, buscando, de la misma manera que ellas, inflarse cual rueda de coche frente al aire de las gasolineras.
           
http://www.youtube.com/watch?v=spdLfL41T3A

lunes, 16 de mayo de 2011

“La deflación aumenta la inflación”



             La crisis ha provocado, siendo culpable de nuestra escasez de dinero, que las compras se frenen, lo que me lleva a pensar en los compradores compulsivos, que habrán caído sumidos en una profunda depresión. De esta forma, con la caída del consumo los  precios han comenzado a descender y la deflación nos amenaza.

La deflación consiste en un descenso generalizado y prolongado del nivel de precios de los bienes y servicios provocada generalmente por el descenso de la demanda. Y la sociedad, ahora a la espera de que los precios bajen más y más retrasa sus compras indefinidamente.

Pues bien, con el ahorro que provoca que nuestras compras se hayan abaratado y con lo que definitivamente se ahorran si retrasan el momento de comprar, la sociedad vuelve a contar con una suma de dinero disponible para gastar en solucionar sus propias preocupaciones. Así, muchas mujeres tienen ahora el dinero suficiente para ocuparse de su propia inflación.

Así, todo el dinero que se han estado ahorrando con la deflación pueden emplearlo ahora, sin dudarlo un segundo, en la inflación de sus pechos. Quizá éstos siempre les habían resultado demasiado pequeños y ahora ven su oportunidad de implantarse en su busto unos bultos tal como balones de fútbol. He aquí, que esta obsesión por el tamaño, convierta la operación de aumento de pechos en la más solicitada en la actualidad.

Claro, que bien es cierto, que en algunas ocasiones ocurre el caso contrario, se someten a operaciones para la reducción de pechos, o las más atrevidas intentan que se le caigan ellos solos, a veces con terribles consecuencias, atentando contra su integridad al saltar desde un helicóptero, como le ha pasado a una concursante de la última edición del programa Supervivientes. Estos serían casos que ilustrarían una deflación mamaria.

             La inflación mamaria conlleva un importante ahorro en gasolina porque como todos sabemos “siempre han tirado más dos tetas que dos carretas…”. Por otra parte, estimula, sin duda, el consumo de prendas de ropa en las que puedan caber las grandes y nuevas inflaciones.