La “alternativa Loctite” quizá debería consistir en utilizar nuestro sentido común y sellar con dicho pegamento las aberturas de nuestras carteras, impidiéndonos así, utilizar, el ahora escaso dinero, en aquello que no nos es realmente necesario. Sin embargo, la mayoría de la gente tiene otras inquietudes muy distintas a ahorrar.
Millones de personas se miran cada mañana ante sus cada vez más reducidos espejos, reducidos porque el dinero no es suficiente para comprar uno grande, y son incapaces de gustarse tal y como son. Esto les lleva a moverse por impulsos gastando sin control en busca de la apariencia deseada.
Quizá este disgusto generalizado con nuestro aspecto esté provocado por todas las campañas publicitarias que nos muestran hombres y mujeres absolutamente perfectos, o quizá sea esta nueva obsesión de la sociedad por encontrarse maravillosamente bien con su apariencia. Aunque observando que cada vez más gente se encuentra ante esta situación, yo me pregunto si no sería posible que fuera cosa de los espejos. Espejos que precisamente por resultar baratos nos impiden vernos con claridad, o quizá espejos tan pequeños que no permiten verse al mismo tiempo la cara entera provocando la posibilidad de encontrar, de repente, un ojo más pequeño que otro o un lunar que no estaba y que probablemente ni siquiera sea un lunar sino una mancha o un pequeño estallido alojado en nuestro cristal.
Pues bien, la gente, aun sin dinero apenas para comer, quiere seguir gastando para cambiar lo que no le agrada de su aspecto y poder preocuparse, una vez solucionado el problema, de encontrarse algún otro defecto que arreglar. Pero el dinero del que disponen sus carteras, aun con las aberturas sin pegar, aparece cada vez en menor cantidad. ¿Se caerá por algún agujero? ¿Supondría esto otro problema que solucionar con la “alternativa Loctite”?
De las clínicas de cirugía estética, a las trastiendas de algunas peluquerías ha habido solo un paso. Un paso con el que ahorrarse una considerable suma de dinero, ya que en un lugar especializado una liposucción no costaría menos de 3000 €.
De esta forma, ante una crisis cada vez más asfixiante, y con una obsesión acuciante por nuestro físico, la “alternativa Loctite” ha comenzado ya a ponerse en práctica.
Esta alternativa supone una solución casera para arreglar nuestros pequeños problemas, nuestros visibles defectos. Esta alternativa consiste en aplicar pegamento para solucionar el foco de nuestros nuevos y, en ocasiones, irrazonables complejos.
Así pues, he optado por denominar “alternativa Loctite” a todas aquellas prácticas baratas y caseras que pueden solucionar nuestros complejos. Un ejemplo que ilustra mi alternativa, sería el mundialmente conocido rumor de que Carmen Sevilla se estira el cuello colocándose un esparadrapo en la nuca.
Una vez compartido este conocimiento acerca de las prácticas de la alternativa, sólo me queda preguntarme: ¿Cuánto tardarán en realizarse liposucciones con pajitas?
Atención: Esta alternativa no ha sido probada con animales. Nadie se hará responsable de los daños ocasionados por el mal uso de la alternativa o por la aplicación de un pegamento de marca blanca.